Conseguir que nuestros hijos se porten bien puede resultar una tarea fuerte, por lo que debemos saber qué formas de disciplina aplicar para obtener los resultados que deseamos.
Según explica la página cosasdelainfancia.com, cuando un niño exhibe una conducta errónea por lo general hay una causa. “Tal vez se siente inseguro, molesto o está poniendo a prueba los límites que se le han puesto para ver si le van a exigir que los respete. Es importante averiguar por qué se porta mal y cómo podemos ayudarlo a encarrilarse”.
Aquí te compartimos dos ejemplos de medidas disciplinarias que podrías poner en práctica con tus hijo para mejorar su conducta:
1.Tiempo de castigo o «Time Out»: Cuando tu niño se porta mal, la mejor manera de cortar de raíz su mal comportamiento es apartándolo de esa situación o actividad durante un periodo de tiempo. Esta técnica es un método eficaz para cambiar la conducta del niño sin violencia.
Es un periodo durante el cual tu niño estará a solas consigo mismo, o sea, procura que esté solo y tranquilo por un momento. La Academia Estadounidense de Pediatría sugiere que actúes de inmediato (mientras tu niño se esté portando mal) y le digas a tu hijo calmadamente, en no más de 10 palabras, por qué tiene que sentarse apartado.
2. Enséñale a pedir perdón: Cuando tu niño tenga un mal comportamiento, debes hacerlo recapacitar sobre lo que hizo, reprenderlo con paciencia y firmeza, y hablarle sobre la importancia de arreglar lo ocurrido.
El niño que aprende a pedir perdón, sea de la forma que sea, será un niño preparado para tener buenas relaciones personales. Los padres que saben pedir perdón a su hijo por lo que sea, son un buen ejemplo para él.
Es muy importante que todos los miembros de la familia disciplinen de la misma manera y que el niño sepa que una mala disciplina tiene sus consecuencias.
A continuación también compartimos unos consejos que te ayudarán fomentar el buen comportamiento los niños, según se recomienda en activated.org:
1. Establece límites definidos: El niño debe tener bien claro lo que se le es permitido hacer en la casa. Aunque no se pueda intervenir mucho en lo que sucede fuera del hogar, se pueden fijar normas de comportamiento aceptables dentro del mismo.
2. Crea una comunicación franca y sincera: Cuando existe una comunicación abierta entre padres e hijos, hay más posibilidades de saber lo que hacen cuando están fuera. Lo ideal es que se sientan con confianza para contar cualquier cosa.
3. Hazle saber que lo amas incondicionalmente: Un niño cuya necesidad de amor y atención está satisfecha en casa suele comportarse mucho mejor. Es preciso garantizar a los hijos que se los seguirá queriendo hagan lo que hagan y que siempre pueden contar con nosotros. Parte de ese cariño consiste en no dejarles hacer cosas que sabemos que son perjudiciales.
El cambio de comportamiento no surge de la noche a la mañana. La mayoría de los hábitos no se corrigen por sí solos y no es muy común que un niño sea capaz de hacerles frente por su cuenta. En muchos casos ni él mismo sabe lo que le pasa. Necesita el amor y orientación de sus padres.
¡Ánimo! La niñez es es una etapa hermosa donde tanto los padres como los hijos aprenden simultáneamente.